Me estoy aplazando como bloguera, al menos si la intención era escribir de manera constante, como un diario. Se me acumulan las cosas sobre las que quisiera hablarles pero a la hora de la verdad no llego, les pido disculpas por tanta inconstancia. El título mismo - aunque modificado - de esta entrada es parte de un borrador viejo que dejé a la mitad porque se me cruzaron varias cosas y no tuve concentración suficiente para escribir coherentemente. Si leen esto es que al fin pude hacerlo.
En principio, pensaba contarles de mis incurciones a ese mágico mundo llamado la cocina, del cual soy más habitué como comensal que preparando platos y es por eso que cada cosa que logro hacer es para mí todo un desafio. Un simple bizcochuelo, por ejemplo, dirán ustedes, lo hace un niño, si, es cierto, pero hasta hace poco, yo lo miraba como un enigma sin resolver. Ni idea tenía de lo que tenía que hacer.
Pero gracias a la receta de una de mis hermanas y a las pacientes explicaciones de audio de su hija, mi sobrina, logré hacer mis primeros bizcochuelos, los de la fotografía. Bueno, debo aclarar que estos no tenían banana, y es que, debido a la época, visperas de Año Nuevo, la intención era hacer un pan dulce. Compré todos los ingredientes indicados, incluso caña (alcohol) para remojar en él las frutas abrillantadas y las uvas pasas. Me habían indicado ron, pero no me dio el presupuesto, así que fue una salvación recordar que mi mamá remojaba esos ingredientes en caña blanca, bueno, no sé de qué color. Tengo que reconocer también que mis primeros pasos no los dí del todo sola, una no nace sabiendo batir... Varias manos me guiaron y ahora si, solita sola, lo logré
Fue mi papá a quien se le ocurrió la idea de agregar banana a los ingredientes y así el pan dulce o budín inglés se convirtió en bizcochuelo de banana. Mi papá es fanático de la banana así que había mucho en casa y le puse una buena cantidad, en forma de puré y también trozos.
Mis ingredientes: Cuatro huevos, harina leudante, azúcar morena, aceite liviano, esencia de vainilla, y si hay, uvas pasas, nueces, una ralladura de limón, y, no nos olvidemos, mucha banana. Y como soy mala en la cocina, admiro a las personas que disfrutan cocinando, ellas son especiales, sean hombre o mujer, son personas mágicas, quizás más adelante les hable un poco más de esto.
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